La importancia del piel con piel o «madre canguro»

por | 1 agosto, 2013

El MMC (Método Madre Canguro) es la atención a los niños prematuros manteniéndolos en contacto piel con piel con su madre.

Se trata de un método eficaz y fácil de aplicar que fomenta la salud del bebé. Además estos cuidados son igualmente efectivos y beneficioso con bebés prematuros que con los nacidos a término. De hecho, desde un punto de vista fisiológico, el bebé nacido a término aún necesita muchos meses de gestación extrauterina, o de “fase en brazos», para alcanzar un nivel de desarrollo y autonomía comparable al de la mayoría de los mamíferos.

Consiste en mantenerlos en contacto piel con piel con su madre o padre, reforzando el vínculo afectivo. Además, facilita la lactancia materna, ayuda al desarrollo neuromotor del recién nacido y sirve de transición a los padres para habituarse a las responsabilidades de cuidar al bebé en el hogar.

Se recomienda realizarlo durante no menos de 50 minutos seguidos, siendo preferible extenderlo a más de 2 horas diarias. Evidentemente, requiere una predisposición a hacerlo por parte de la madre o del padre, y un buen estado de salud (la madre debe estar recuperada del parto). El apoyo del resto de la familia es también básico para el quehacer doméstico, permitiendo a la madre dedicar esas horas en exclusiva a su bebé.

Es aconsejable continuar con el contacto piel con piel cuando se abandona el hospital, realizándolo en casa hasta el primer año. Es un plazo suficiente para corregir las posibles alteraciones auditivas, visuales o de neurodesarrollo que haya podido padecer.

Beneficios: Los latidos del corazón de la madre y su respiración crean unos ritmos y un ambiente que rememoran al bebé su pasado intrauterino. Con ellos, el bebé acompasa las constantes vitales a las de la madre: el ritmo cardíaco, el respiratorio, la temperatura corporal, la glucemia, la estimulación inmunológica, la tolerancia al dolor… Además, el contacto favorece la lactancia materna. Otras bondades son que reduce el llanto, mejora los periodos de sueño, reduce la sobreexcitación por estímulos ambientales (luz, ruidos), y la energía no consumida gracias a esta relajación se traduce en crecimiento y ganancia de peso.

¿Cómo hacerlo? En muchos hospitales donde estos cuidados son práctica habitual se le facilita a la madre lo necesario: un lugar cómodo y tranquilo para recostarse y poner al bebé erguido al pecho, sostenido por una faja elástica o por la propia ropa de la madre. Al ser bebés de muy bajo peso no hace falta un portabebés elaborado, una banda de tela, la propia ropa de la madre o sostenerlo con las manos y taparlo con una mantita es suficiente, ya que además no se camina con ellos. Cuando el bebé crece y la madre empieza a desplazarse con él hay que asegurarse de usar un portabebés adecuado, que provea el sostén necesario asegurando la postura correcta.

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