El ingreso en la escuela infantil supone un cambio muy importante para el niño, ya que, normalmente, es la primera vez que se separa de su familia, sale de su hogar y se queda con adultos desconocidos y con otros niños.
Las familias también sufrís una adaptación, ya que suele ser la primera vez os separáis de vuestro hijo.
También sufren una adaptación las educadoras, cada niño es diferente, hay que conocerle, saber sus gustos y preferencias, conseguir que disfrute y sea feliz en el aula.
La entrada del niño en la escuela infantil es para él un importante cambio: salida del entorno familiar , nuevos adultos y nuevos niños, y va a entrar en contacto con un nuevo espacio: la escuela.
Este será un paso muy importante en la vida del niño, y aunque en algunos casos al principio la separación le resultará dolorosa, el niño lo irá asimilando, y gracias a esta separación se incrementará su autonomía personal y su grado de socialización.
Es posible que durante este periodo puedan aparecer en el niño conductas de rechazo:
- Hay niños que pueden tener alteraciones de sueño, de alimentación, vómitos…
- Algunos sienten ansiedad ante la separación y pueden sentir abandono, miedo, surgen los celos de los otros hermanos, o pueden tener comportamientos agresivos.
Desde el punto de vista afectivo y social se observan:
- Niños que lloran: es la manifestación más generalizada.
- Niños que no lloran y participan en la escuela de forma resignada pero en el hogar manifiestan conductas negativas.
- Niños que lloran y se niegan a ser atendidos por extraños.
- Niños que se mantienen aislados, no participan, no se relacionan, permanecen sin moverse.
- Niños que se aferran fuertemente a algún objeto que traen de casa, participan pero con el objeto en la mano.
Debemos saber que estas son manifestaciones normales de este periodo. Debemos ayudar al niño en la resolución del periodo de adaptación. Para todo ello necesitará una gran comprensión y ayuda, ayuda que no consiste en evitar sus sentimientos y conflictos, sino en entenderlos.
Cuando hablamos de la separación mutua de niño-familia, entendemos que no sólo se adapta el niño, sino que los padres van a tener que adaptarse también.
Los padres tendréis una gran influencia en ellos… todo lo que vosotros sintáis: la inseguridad, la culpabilidad por la separación, el temor ante el cuidado que vaya a recibir el niño, todos esos sentimientos se los trasmitireis al niño.
Algunos consejos que podemos daros son:
- Recordaos que vuestra actitud es muy importante. Es necesario no actuar con inseguridad, duda o culpabilidad.
- Durante el periodo de adaptación, es conveniente que intentéis llevarle y buscarle vosotros, eso le dará seguridad y se acostumbrará antes al cambio.
- Debemos evitar el chantaje afectivo de “no llores que mamá se va triste”, o la mentira “no llores que mamá viene ahora”.
- Cuando sea la hora de marchar es mejor no alargar la situación: decir adiós con seguridad y alegría. No prolongar las despedidas en exceso.
- Dejaremos que el niño lleve, si así lo desea, su juguete favorito, algo que le sea familiar y le mantenga unido con su hogar.
- No es un buen momento para introducir más cambios en la vida del niño (quitar pañales, cambio de habitación…)
- Evitar al recogerle frases como “ay, pobrecito, que le hemos dejado solito”, “qué te han hecho?”
- Ese pequeño desequilibrio del inicio del curso debe contemplarse desde una actitud serena de normalidad.
Os proponemos como objetivos para vosotros:
- Que superéis la angustia de la separación.
- Que confiéis en el equipo.
- Que os despidáis de vuestros hijos sin engaños y con seguridad.
- Que conozcáis y valoréis el periodo por el que pasan vuestros hijos.
En cuanto a los niños, en el periodo de adaptación es muy importante la separación con los padres, pero no es solo eso. Este periodo implica otras muchas cosas: Como objetivos durante este periodo el niño debe:
- Aceptar el nuevo espacio y ser capaz de moverse libremente en él.
- Explorar el nuevo material.
- Adaptarse a las rutinas.
- Comprender y recordar las normas y pautas que la educadora va estableciendo.
- Establecer vínculos de afectividad con la educadora y los demás niños.
- Admitir progresivamente la separación de sus padres.