La muerte súbita es la muerte repentina e inesperada de un bebé sin razones aparentes. Los investigadores creen que se deben a un conjunto de causas, aunque nadie es capaz de concretarlas. Esta súbita e inesperada muerte sucede debido a que el corazón y la respiración se detienen en forma brusca. Las investigaciones están orientadas a dilucidar el porqué de este repentino paro cardiorrespiratorio.
La muerte súbita puede afectar a cualquier bebé, aunque los grupos de mayor riesgo son: bebés varones, bebés prematuros y bebés de bajo peso (estos dos últimos grupos, independientemente del sexo). Por ejemplo, en España, el 60 % de los bebés fallecidos por muerte súbita son varones; el 86 % de las muertes ocurren antes de los seis meses, sobre todo entre los dos y tres meses de vida. Sólo alrededor del 4% de los bebés fallecidos tienen más de un año.
La muerte súbita no solo sucede en la cuna por la noche, puede sobrevenirle al bebé en cualquier sitio y a cualquier hora. Algunos bebés mueren en los brazos de sus padres o en el cochecito, aunque, normalmente, la mayoría de los fallecimientos se producen en la cuna y durante el invierno.
Con frecuencia, parece que los bebés que fallecen de muerte súbita lo hacen asfixiados porque al encontrarlos están con la cabeza boca abajo o tapados por la ropa de cama o la almohada. Sin embargo, se sabe que la asfixia no es la causa más frecuente. Algunas veces el bebé ha vomitado. Puede encontrarse restos de leche o comida en las sábanas, en la garganta o en las vías aéreas superiores. Pero el vómito ocurre durante el proceso de la muerte o después de la misma, nunca es la causa del deceso.
Algunas recomendaciones para reducir el riesgo de muerte subita:
- El niño debe dormir siempre boca arriba.
- Debe evitarse fumar durante el embarazo, tanto la madre como el padre.
- No debe permitirse que nadie fume en la misma habitación en la que se encuentre el bebé.
- El bebé no debe tener ni mucho frío ni mucho calor.
- Las colchas, edredones y almohadas no son aconsejables para menores de 12 meses, ya que pueden abrigar en exceso al niño.
- Debe mantenerse la cabeza del bebé descubierta.
- Si el niño no parece encontrarse bien, no tiene buen aspecto o se encuentra enfermo, consulte a su pediatra.
- Se recomienda que la cuna del bebé se mantenga dentro de la habitación de los padres durante los primeros 6 meses.
- Los padres no deben quedarse dormidos en el sofá mientras el bebé esta con ellos.