Fijarse las conductas que se quieren mejorar. Ponerlas puntuación y al cabo de un tiempo volver a evaluarlas para ver su mejora.
Poner claros los límites:
- En la comida: no levantarse de la mesa, probar todos los platos para pasar al siguiente…
- En el sueño: establecer una rutina antes de acostarse, fijar una hora para irse a la cama (siempre la misma), quedarse en la cama aunque no quiera dormir…
- Otros: No pegar, obedecer…
No repetir las cosas más de dos veces y asegurarse de que el niñ@ nos ha oído y entendido lo que la estamos pidiendo.
Ignorar rabietas y otros gestos de llamada de atención. Esperar a que se le pase para volver a hablar normalmente.
Dar refuerzo positivo a las conductas que queremos conseguir. Si hace algo que nos gusta, elogiarlo, premiarlo, recordar lo contentos que estamos por lo bien hecho…
Los refuerzos tienen que ser tanto materiales como sociales. Al principio para motivar al niñ@ se pueden dar más refuerzos materiales, pero es importante ir eliminándolos poco a poco e ir dejando sólo los sociales, a medida que se van consiguiendo los objetivos.
Llevar a cabo el programa de puntos:
Semana |
LUNES |
MARTES |
MIÉRCOLES |
JUEVES |
VIERNES |
SÁBADO |
DOMINGO |
1ª |
|||||||
2ª |
Al final del día se comentará con el niñ@ su comportamiento a lo largo del mismo, tanto en la escuela como en casa y se valorará, reforzando siempre las conductas que queremos conseguir. Es importante que los días que se haya portado bien tenga recompensa (premio). Dejarle a ella que ponga los gomets. Al principio valorar exagerando su esfuerzo para que entre en el juego y se motive.
Con todo esto conseguiremos que el niñ@ vea y entienda que con malas conductas nunca consigue llamar la atención ni tiene recompensas; en cambio con buenas conductas, sí.
Recordad que los primeros días, incluso las primeras semanas, podemos notar un empeoramiento en el comportamiento del niñ@ debido a que todo lo que antes funcionaba para llamar vuestra atención, ahora es ignorado y no consigue lo que quiere.